Cable a Tierra

Despierto asustada por la hora. Pienso: "ya es tarde, llegaré tarde". Y con este pensamiento la sensación de priesa se apodera de mi, y ya todo el día se jodió porque seguido a ese pensamiento se instala otro que ya no me deja ni siquiera en sueños: "ya valió madre todo el día, haré todo retrasada, el mundo estresado se estresará más porque llegaré y haré todo tarde, y el estrés del mundo estresado me estresará más y entonces.... ya valió madre el día". Círculo vicioso, pensamiento circular. Perro persiguiendo su cola que jamás alcanzará.

Apago la alarma, salgo de cama, y ya estoy de malas. Corriendo le sirvo la comida al perro, lo regaño porque se pone en mi camino en su ardua tarea de ser un perro feliz, y como todo perro feliz se emociona al verme y escucharme en cada nuevo día, y la emoción lo pone frente a mis pasos con más euforia porque huele el pollo que le daré y sabe que después sigue el paseo, y él es perro y es feliz. Entonces, el perro feliz, que no cabe en sí de la felicidad, se mete entre mis piernas (esas piernas que tropiezan porque la cabeza que sostienen aún no termina de despertar y ya está estresada y de malas), y no me deja caminar y me "retrasa", y me enojo y le grito. Adiós, momentáneamente la felicidad del perro.
Come, lo saco a pasear (con prisa y de malas), regreso, me baño, me visto, tomo café, apenas desayuno, tomo las cosas para trabajar y salgo a prisa y de malas. Y todo, y todos a mi alrededor se tensan, porque estoy de malas y no cabe en mi tanto malestar y hasta el piano deja escapar sonido de piano tenso, porque no me cabe el enojo, el malestar.
Me meto al auto, conduzco al trabajo y sólo puedo pensar "voy tarde, ya valió madre todo el día". Y peleo con el mundo y la ciudad desde el auto, porque "la culpa es de esta maldita ciudad y de estos malditos conductores que no saben nada de reglamento de tránsito y de ser civilizado".
Llego a mi destino. Nadie esperando, nadie ha llegado. Y pienso: "maldita impuntualidad de la gente, irresponsables, pinche mundo que no funciona". Y me enojo más, "no sólo llegué tarde, y valió madre el día, sino que todos van a llegar tarde y entonces el maldito día más madre va a valer".
Un día, sin saber cómo ni por qué, mi cabeza paró, el track "es tarde, llegaré tarde, el día valió madres" simplemente se detuvo y lo noté como si un letrero luminoso y parpadeante de pronto se encendiera: "¿no escucho mi música, no canto... desde cuándo ha pasado esto?" Me recorre un hilo de hielo por todo el cuerpo que se conecta con mi cabeza y me da la respuesta: "tienes años sin escuchar tu música, sin cantar".
Ese día, o al día siguiente, o varios días después (da igual), descargo mi música en una memoria.
Amanece, suena la alarma, me despierto y reproduzco en automático el track "es tarde, llegaré tarde, el día valió madres". El día inicia igual que todos los días de los últimos 7 años. Me subo al carro, pongo la memoria. Y el Fito me dice: "y si tu corazón ya no da más, si ya no existe conexión con los demás, si estás igual que un barco en altamar, tírate un cable a tierra". Lloro, sin control, y sin tener ni puta idea de qué está pasando, "¿por qué chingados estoy llorando?".
El Fito estuvo cantando las mismas canciones por varias semanas, las últimas del proyecto en el que estaba trabajando. Todas esas semanas el llanto en el mismo punto de la canción esa, en esa frase que se quedó pegada a mi cabeza como mantra, repitiéndose en pleno trabajo, en plena conversación con las personas, en plena película de Netflix. Repitiéndose sin cesar, compitiendo con el track
"es tarde, llegaré tarde, el día valió madres", hasta que un día, sin saber cómo ni por qué, lo dije en voz alta: "estoy cansada". Pinche Fito y tu efecto Fito, con tus palabras de Fito, tan pinches simples: "y si tu corazón ya no da más, si ya no existe conexión con los demás, si estás igual que un barco en altamar, tírate un cable a tierra".
Después de eso lo empecé a decir muchas veces, en voz alta, y como respuesta a distintas situaciones: "ya no doy más, estoy cansada, desconectada". Pienso: "¿De qué, si no haces nada físicamente extenuante, si tu trabajo es sólo intelectual, y lo que haces físico lo haces con el carro?". Me estaciono donde puedo, apago el auto, me quedo frente al volante inmóvil, mirada perdida. Mil pensamientos a mi cabeza, sin control, arremolinados, contradictorios, absurdos. Dentro, un grito: "yaaaaaaaa, yaaaa basta, paaaaraaa". Fito: "las cosas son así, tengo el teléfono del freak que está deseoso de volarte la cabeza". Repito en silencio: el freak que está deseoso de volarme la cabeza.
Dejó de sonar el track "es tarde, llegaré tarde, el día valió madres". Cesó la prisa. Cedió al desgano que tanto había combatido en los últimos siete años. Dificultad para todo. "¿Para qué la prisa, qué chingados es tan urgente que no puede esperar?" Han amainado las ganas de pelear, de gritar, de culpar al mundo y a la ciudad, muy poco a poco, pero han cedido. Pero.. el desgano.
Silencio en mi boca (porque el freak en mi cabeza habla y habla, deseoso de volármela). Alguien pregunta "¿Qué tienes, estás enojada?". Volteo, le miro sin realmente verlo y con desgano: "no me pasa nada, no estoy enojada". Verdades a medias, sí me pasa algo pero no tengo ni puta idea de qué es, y no estoy enojada pero tengo muchas ganas de llorar y tampoco sé por qué, y me aterra que lo veas porque yo misma estoy aterrada de sentirme así, así que mejor no hablo porque se va a desatar todo y no tengo control de ello (porque aún no sé que es ese "ello" y... círculo vicioso). Réplica: "Entonces por qué estás de malas?". Respondo: "no estoy de malas". Verdad, totalmente verdad. No estoy de malas, estoy confundida, desorientada, paralizada, en shock. ¿Qué rostro tiene el shock y cómo evitarlo (el rostro del shock)? El Fito: "no hables de más, escucha al corazón". ¿De qué chingados voy a hablar si no no entiendo nada, no sé que pasa, pero mi cabeza no para. El Fito: "las cosas son así, tengo el teléfono del freak que está deseoso de volarte la cabeza". Aaaay, cállate, Fito!
El mar me arrastra. Es terrible y confuso porque para empezar ni siquiera sabía que estaba tan cerca del mar como para que sus olas me arrastraran. Muertes, separaciones, despedidas, puertas abiertas que no puedo tomar porque hay un muro invisible que lo impide, proyectos que no se cierran, otros que ya se fueron, la salud frágil., miedo, inseguridad. Escapes, huidas, evasiones que se han desbordado. Y el mar me arrastra. "Tengo el teléfono del freak que está deseoso de volarte la cabeza". Ya cállate!!!!
Noche, una noche cualquiera, llanto imparable. ¿Por qué lloro? Por todo lo evidente pero... sobre todo.... por... lo que no es evidente. Y el freak se calla. Pienso: "¿Qué de lo evidente realmente te entristece?" Tomo la lupa y me acerco, atiendo con detalle. Bingo! Lo digo en voz alta. Se va el llanto, el mar me deja por un momento en la orilla recostada. Pequeña calma, respiro profundo. Una vieja verdad que emerge del remanso de claridad: "has estado llorando desde hace mucho tiempo, por todo y por nada, a la vez, desde hace muuucho mucho tiempo, has estado triste desde hace muuucho tiempo, por todo y por nada. a la vez".
¿Qué chingados pasa, desde cuándo, por qué? Llanto: angustia llamada "¿desde cuando y por qué estoy así, que ha pasado?".
Xitlali: "¿qué es lo que quieres que trabajemos primero?". Respondo: algo esta mal, muy mal desde hace mucho tiempo, y no sé que es, y el no saberlo me angustia, necesito calma para dejar de reaccionar a los estímulos inmediatos y poder entender qué chingados me pasa".
El doctor: "no es la separación, la vi entrar y sentí algo que es mucho más añejo y profundo". Respondo: "sí, es muy añejo y profundo, quizá tan añejo como yo misma".
Alguien pregunta: "¿Cómo estás?" Pienso: pregunta estúpida, siempre he pensado que esta pregunta es estúpida e hipócrita, ¿a caso la gente realmente está preparada y dispuesta para una respuesta del tipo "estoy mal"?, no me gusta esta pregunta. Respondo: estoy bien, no porque me sienta bien, sino porque por fin he volteado a verme y me estoy escuchando, y al hacerlo todo se ve con otra luz, veo lo que no veía y todo tiene más sentido, incluso si aún no entiendo porque me he sentido así por mucho tiempo.
Me veo, me escucho, me siento, me dejo sentir, me hablo. Se va poco a poco el cansancio que resultó de sostener pedazos de mi que ya no me servían (o sostenerme a mi de una forma que ya no me servía). No era cansancio físico, pero necesitaba callar al mundo entero para poder entender qué era. Silencio, espacio, soledad, porque necesito ponerle fin a quien he sido, no me sirve. Esta que soy tiene que cambiar.
El Fito: "tengo que confiar, saber esperar, tengo que respirar, es un panic attack, y sacarme de una vez esta cruz".
Ayy, cállate Fito!