(No-Ficcion): Tenderly
Llevábamos varios minutos hablando, en tono bastante relajado, como si nos conociéramos de antes. Hasta que ella preguntó mi nombre.
E: ¿Cómo te llamas?
Antes de responder, caí en cuenta que no nos habíamos presentado. Pensé: "ja, que chistoso, no sé quién es y me siento muy cómoda a su lado". Últimamente me pasa mucho eso, que con facilidad entablo plática con quién se deje. Hace unas semanas tomé la decisión de honrar a Aguascalientes y a la versión mía de allá, siendo una hidrocálida conversa en tierras lejanas: "busca a la gente, A, conversa con la gente, A, sonríe y se amable con la gente, A", me digo, "justo como empezabas a hacerlo cuando estabas allá". Recuerdo bien que la decisión la tomé unos minutos antes de dormir. Quizá, a través del sueño, la decisión quedó bien asimilada a mi ser, porque de otra forma no entiendo porque de la nada ando parlanchina.
A: Me llamo A... ¿Y tú?
E: Ella.
A: ¿Ella? -repetí, pues quería confirmar si había escuchado bien.
E: Sí, Ella.
Me vino a la mente mi jazista favorita, y, como también a veces me sucede, salió sin filtro la pregunta:
A: ¿Ella, como Ella Fitzgerald?
Se me quedó viendo fijo, con una sonrisa , y respondió.
E: Sí, como Ella Fitzgerald.
No sé por que, pero la pregunta y su respuesta me pusieron contenta. Todo fue muy natural, casi orgánico. En mi mente empecé a reproducir el sonido característico de la Fitzgerald.
E: A mi papá le gustaba mucho ella, y decidió que yo me llamaría así. Quizá esperaba que tuviera un vozarrón, pero no.
Se rió.
Sonreí. En el tocadisco de mi mente empezó a sonar ese disco de Ella y Louis que tanto me gusta, mientras una de mis voces internas repetía "Fitz-ge-rald". No pude más que confirmar que tenía un nombre bonito.
E: Sí, es lindo.
En ese punto he de confesar que ya no la escuchaba del todo, sólo veía su hermosa sonrisa en su rostro mientras mis fueros internos quedaban envueltos en esas estrofas:
"The evening breeze caressed the trees tenderly
The trembling trees embraced the breeze tenderly"
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