Aguascalientes

"Dejaste tu corazón en Aguascalientes", dijo O. Poco tiempo atrás esa misma idea ya había pasado por mi mente, pero no lo dije. Él entendió todo muy rápido y con esa forma natural y amorosa que tiene para decir las cosas pronunció esas palabras que me hicieron llorar. 

Allá sentí, por primera vez, tranquilidad; allá empecé a sanar. Esa sensación de desarraigo que me ha perseguido toda la vida desapareció en Aguascalientes, el tiempo que estuve allí dejé de sentir la necesidad de huir. Encontré mi lugar. 

Ha dolido mucho el no estar allá, el haber tenido que dejar el lugar donde quería construir mi hogar. Un duelo más a los varios que ya traía. Pero hoy, a dos año de haberle dejado, estoy bien estando donde estoy. En esa ciudad se quedó un pedazo de mi corazón, pero me traje un pedazo del suyo, lo tengo muy adentro, generando calor, amor, fuerza, esperanza. 

Donde quierea que termine construyendo mi hogar, éste se alimentará siempre de eso que me traje de Aguascaliente.