Yo escribo

Escribo desde que pude empezar a hacerlo. Una de las formas en que me recuerdo de niña es escribiendo, siempre escribiendo. Siempre he tenido un cuaderno a mi lado, uno para escribir lo que siento y pienso. De niña ese cuaderno estaba lleno de canciones de "poemas", canciones queme gustaban, confesiones, fantasías, o canciones que yo misma escribía. 

Recuerdo con mucha claridad un día, yo tendría como 8 años, en el que me salí de mi cuarto y me dirigí a la cocina donde estaba mi mamá, cocinando, y le dije que había escrito una canción. Llevaba conmigo el cuaderno. Ella me respondía, "ah, ¿sí?, ¿de qué se trata?". Era una canción sobre la guerra, no recuerdo absolutamente nada de la letra, pero sé que era sobre la guerra porque de niña esa situación era una de las que más absorbía mi pensamiento y mis energías. Me daba miedo, pero sobre todo me ponía muy triste: la gente muere en la guerra, gente inocente, niños, ancianos, padres como los míos que trabajaban para sostener a su familia, familias enteras morían. De niña sólo pensaba en el dolor que dejaba la guerra, la muerte sin descanso que dejaba a su paso y que se expandía en cada segundo. La muerte era la otra idea que rondaba cada momento de mi infancia. 

No recuerdo si mi mamá me pidió que leyera mi canción, no recuerdo si fui yo la que le pedí que me escuchara. Pero estábamos allí, en la cocina, ella dividiendo su atención entre lo que cocinaba y lo que yo decía. Yo, parada a su lado, sosteniendo mi cuaderno y leyéndole la canción. Quizá no la leí, quizás la cante, porque no era poema, era canción. No recuerdo más que esto. Yo escribía poemas y canciones mucho antes de esta ocasión en que leía a mi madre algo de lo que yo creaba, pero nunca antes le había compartido a alguien nada de eso que yo tenía en mi cuaderno. 

Después de eso, pocas veces han sido las que he compartido a alguien tan cercano lo que escribo, sobre todo cuando se trata de lo que siento, y a quienes lo he compartido han sido pocas personas. 

Pero siempre he escrito. Y siempre he buscado alguien a quien compartir lo que escribo, pero cada vez me cuesta más trabajo hacerlo, porque lo que escribo esta ligado a lo más irracional de mi, a mi parte oscura, a todo eso que recurrentemente me sumerge en tormentas llenas de tristeza, miedo, desolación, desesperanza, desconexión, vacío, sinsentido. ¿Quién quiere leer sobre eso? ¿Quién lo puede realmente comprender? ¿Quién es capaz de no emitir juicio alguno y simplemente dejarse invadir por esas sensaciones para poder conectar con lo que siento, y así poder conectarse conmigo? Nadie, y por muchos motivos válidos. A través del juicio todos nos desmarcamos del sentir de los otros, juicios que incluso pueden tener la mejor intención pero que al final hacen el mismo daño que uno que tiene mala intención. 

Recordé que yo escribo desde niña hace unos cuatro meses cuando me di cuenta de que no sabía cómo comunicar y expresar mis emociones, mis estados de ánimo. Entonces me sentía confundida, perdida, en estado de shock. Había muerto una persona muy cercana, el dolor de su familia era tan inmenso y todos estábamos tan débiles físicamente por la enfermedad que habíamos pasado recientemente que mi cabeza entró en un espacio lleno de neblina y oscuridad. No podía moverme hacia ningún lado, no veía nada y lo poco que alcanzaba a delimitar era muy borroso. No sólo no sabía qué estaba sintiendo, tampoco podía hacer nada, me sentía como movida por la inercia, en sonámbula, sin capacidad de reaccionar a ningún estímulo. No podía articular ni pensamientos, ni emociones, ni palabras ni acciones. 

Hubo muchas tardes y noches que, estando sola, sentada o acostada, con la mirada perdida intentaba lograr algo de claridad para poder hacer algo de forma consciente, a voluntad, para salir de ese estado de sonambulismo. Veía como a mi alrededor las personas reían, lloraban, jugaban, hablaban, se emocionaba, se entristecían, pero yo no podía reaccionar a nada. Empecé a sentir muchas ganas de llorar pero ni eso podía, empecé a tener muchas ganas de abrazar pero no sabía cómo hacerlo, y empecé a darme cuenta que necesitaba decir muchas cosas, pero no venían a mi mente las palabras conectadas. Y una noche simplemente empecé a llorar, y lloré, y lloré, y lloré, y dije en voz alta "estoy muy triste". Y me pregunté "por qué?", pero me di cuenta que era por todo y por nada a la vez. 

Tomé el teléfono, abril el chat donde él y yo nos comunicábamos, y quise escribirle. Pero estaba allí, viendo la pantalla sin poder escribir nada, con el cursos parpadeante mientras en mi cabeza sólo podía pensar "y qué le vas a decir?, que te sientes mal, que te sientes triste?, él ya tiene su propia tristeza, un dolor profundo, como para que ahora le sumes el tuyo, además qué le vas a decir si te pregunta por qué te sientes así, ni siquiera tú sabes por qué, él ya tiene su propia tristeza y un dolor muy profundo como para que además le pases el tuyo sin poder dar razón alguna de él, déjalo en paz". Cerré el chat, dejé el teléfono. Y así muchas tardes, muchas noches. 

Sabía que eso tenía que salir, pensaba en el daño a mi cuerpo por emociones contenidas, pensé en mi tiroides, pensé en mi salud. "Necesito que esto salga". Pero, ¿cómo? Y entonces recordé mis diarios, mis cuadernos, de infancia y adolescencia. Yo escribo, siempre he escrito, y ha sido sólo a través de la escritura que he podido expresarme. Eso diarios los había tirado un par de semanas antes de todo esto, "¿para qué guardo esto", pensé. Ni siquiera los abrí para una última leída. Simplemente los tomé, los eché a una caja de cartón donde acumulaba las cosas para la basura, llené esa caja, y los tiré. 

Quizá tenerlos cerca ahora me podrían ayudar a tener más claridad sobre lo que he empezado a reconocer de mi historia. Aunque, la versión literal, exacta, de esas emociones y experiencias infantiles y adolescentes no importa tanto, recuerdo muy bien las sensaciones, los sentimientos, las intenciones, y entre tanta cosa que estoy haciendo para recomponerme-reinventarme-reconstruirme van saliendo los recuerdos precisos, y cuando emergen son mucho más claros que las palabras contenidas en esos cuadernos. 

El único registro escrito de mi vida pasada está en este blog, pero entre 2014 y 2021 todo lo contenido en él está guardado. No tengo aún la voluntad para verme a través de todo eso que escribí.