7.78

7.78 pesos en mi cuenta bancaria principal. Tengo más cuentas bancarias que dinero en ellas: compensación para mantener la ilusión de ser parte aún del mundo tal y como quiere que esté. Ayer Y me dijo que nunca en su vida había estado en la situación de no tener dinero ni para comer:

A: "Yo sí, muchas veces he estado allí, y no morí de hambre. Es transitorio, por eso ahorita ya no me estreso."

Y: "Sólo tengo fresas, ya no sé ni que inventar con ellas para comer. Hace rato me comí unos totopos viejos con salsa, me hice unos tacos de ...". El audio siguió corriendo pero mi mente abrió su propia brecha después de "tacos de..." y completó la oración con "tacos de fresa". 

A: "Pensé que dirías "tacos de fresa", y luego pensé "yo no he llegado a ese extremo. A lo más que he llegado es a tacos de aire"".

7.78 pesos. Contemplo en mi cabeza la imagen de estos números, ya lo veía venir desde finales de diciembre, estiré lo más que pude el aguinaldo y las mil transferencias que se me hicieron por concepto de fin de año y logré llegar a mediados de febrero con suficientes recursos para cumplir con mis necedades básicas, de salud y hasta algunas salidas a comer. 7.78 pesos para terminar febrero. 

Atisbos de enojo que paro en seco. 

A: Respira... sólo respira muy profundo

a: Recuéstate, descansa... hagámos yoga!

Entro al auto, me voy al asiento trasero, dejo mis cosas a lado y me siento con los ojos cerrados. Dejo que el calor encapsulado abrace mi cuerpo tembloroso, mientras empiezo la respiración y voy dejando que mis manos entren poco a poco en mudra dhyana. Reeeeeeeeeeeeeeessssssssssspiiiiiiiiiiiiirooooooooooooooo, largo y profundo. 

7.78 pesos. Dejo que la imagen de esta cifra regrese a mi mente cuando siento que estoy más relajada. La visualizo, sigo los trazos de cada cifra: siete punto setenta y ocho, siete punto setenta y ocho, siete punto setenta y ocho. Son sólo  números, son números, sólo eso: números. Y pienso: es lo que hay, esto es lo que hay, no más, no menos, justo 7.78 pesos. Recuerdo todas las veces que he estado en este punto y me doy cuenta que no es, ni de cerca, la peor de esas situaciones: he estado peor. Al recordarlo me doy cuenta que aún puedo usar esos 7.78 pesos para algo: del atisbo de enojo paso a un atisbo de esperanza porque se despliega súbitamente la realidad en torno a esa cifra. 

C: "Estás muy bien, tus resultados salieron todos muy bien. Vamos a mantener la dosis en 88 mg otros tres meses, y si te mantienes estable empezaremos a vernos cada 6 meses". 

Desde el primer diagnóstico de la tiroides jamás había llegado a esta estabilidad. Plaquetas, glóbulos, química sanguínea, hormonas tiroideas: todo dentro de rango. Todo. C no lo dijo, pero lo sugirió: quizá el medicamento psiquiátrico esté teniendo efecto en la tiroides porque, de entrada, estoy durmiendo bien. Hace un año leí que el sueño es central para el correcto funcionamiento de la tiroides. 

A: Sigue haciendo lo que has hecho estos últimos meses. 

Lloro, he llorado mucho esta semana, pero empiezo a aceptar que sí hay razones. No es llanto que viene de la nada, sí hay motivos: unos muy muy viejos, otros más recientes, otros actuales. 

Pienso en las visitas a C y R esta última semana y lloro por mi cuerpo: tan fuerte a pesar de tanto mal trato, de tanto olvido, de tanta sobre exigencia de mi parte, de tanta sobre carga de excesos. Y aquí está, con toda su fuerza sosteniéndome un poco más entero cada vez. 

Lloré después de ver a R. 

R: "¿Podría ser, quizás, que fue tanto tiempo que estuviste mal que te acostumbraste a eso y ahora sientes que el efecto de la pastilla es artificial?"

Terminada la sesión me fui directo al carro, y al estar dentro solté en un llanto que hizo retumbar los huesos, todo el cuerpo. Llanto estruendoso, llanto estrepitoso. Gran alivio: había contenido algo por mucho tiempo, y allí salió. Lloré porque de pronto lo vi: me he tratado muy mal por mucho tiempo. 

A: ¿Por qué me he tratado tan mal? 

A: (En shock) No lo sé

a: (Triste) A mi ni me veías. Apenas empiezas a escucharme. ¿Te acuerdas que te dije "calma"? Era yo quien lloraba por las noches, era yo quien despertaba asustada por las pesadillas. 

Le dije a R que el llanto no era por tristeza, era porque me sentía conmovida. No, no era ni una ni otra cosa. Lloro, he llorado porque he visto cómo me he tratado, he visto las situaciones de las que debí salir hace mucho y no lo hice, obligándome a estar a pesar del dolor, de la angustia, de la tristeza, de la humillación y del abandono de mi. He visto que me abandoné.

a: Pero no te dejé, siempre estuve aquí.

A: ¿Qué significa "conmovida"? 

A: Ah! Por eso me he sentido vacía, por eso me he sentido como en piloto automático los últimos dos años. No estaba en mi, me dejé en algún punto del camino.

Empiezo a entender muchas situaciones vividas en los últimos dos años, situaciones que primero me dejaron en shock y después me asustaron. Me recuerdo sentada en ese gran comedor, con la mirada entre perdida y entre fija en un punto indiscernible de esa pared verde, sentada en silencio, notando que estaba jorobada, reconociendo que he estado jorobada los últimos años de mi vida, cuestionándome por qué había perdido la postura de mi espalda y tratando de dilucidar qué demonios me estaba pasando sin tener una sola pista de donde asirme. Una versión muy reducida de mi alma estaba ya en abierta caída libre. 

A: (Cantando) "En caída libre no soy libre, nubazón, nubazón, pasará... La hondonada nos dejó sin caricias y varias noches sin poder dormir" ....(Silencio)... Sigue así, haciendo lo que has hecho últimamente. Lo estás haciendo bien.

Lloro, de  nuevo. 

a: (Se mece en su columpio). Sí, así me gusta. 

7.78 pesos. Pero ni de cerca es la peor austeridad, ni siquiera porque será una etapa larga. Milquinientos al mes de psiquiatra, mil quinientos al mes de la pastilla rosa, tres mil doscientos pesos al mes de sesiones con O, más mil de mis clases con G, más la comida, más los servicios, más la gasolina, más los gastos de C y A, más lo que se sume del medicamento de la tiroides y las visitas con C cada tres meses. Esta es mi época, una en la que mi generación no podrá lograr lo que lograron nuestros padres. Pero también esta es mi vida y con lo que tengo podría hacer magia si quisiera. 

a: Hago magia con mi cuerpo, se estira como liga.

Y con todo que hay chispas de optimismo, me abrumo si pienso en la suma de tantas cifras. Pero lo importante no es la cuenta, es el contexto: mi cuerpo se recupera, está cada vez mejor, y a casi un año de psicoterapia he desvelado muchas cosas que no sabía que estaban allí. Y alrededor, en este mundo y en esta época que me ha tocado, todo se acomoda, no como quisiera, pero se acomoda para que yo pueda regresar poco a poco a mi. No tiene que ser como yo lo pienso, puede ser de otras formas e involucrar a otras personas porque aún no puedo sola, y ya ni lo cuestiono. Como va siendo, como puede ser, lo dejo ser. 

Todo deviene, todo es impermanente. Hasta los 7.78 pesos. Dice Fito: "si algo aprendimos del mundo es que el mejor momento aún no vino, está por llegar: confiá!" Y confío. 

No es optimismo, no podría jamás ser optimista. Me gusta el realismo, pero ahora, ya sin ansiedad, el realismo es maravilloso en su cruda simpleza: antes de esos 7.78 hubo mucho más, muchas veces, y seguirá habiendo más muchas veces en el futuro. Es un ciclo, todo gira.

A: (cantando) "La vida son los círculos, los círculos dan vuelta y los círculos se van... No es tan grave en verdad, las cosas van moviéndose y se mueven a la larga porque sí"

a: Me gusta Fito.


GLOSARIO:

Conmovida, de conmover: 

- RAE: Perturbar, inquietar, alterar, mover fuertemente o con eficacia a alguien o algo. Enternernecer. Mover a ternura.

Revista acrópolis: "La palabra conmover hace referencia a todo aquello que moviliza nuestras emociones y moviliza emociones en conjunto. Etimológicamente, conmover proviene del latín y está compuesta por el prefijo con- (todo, en conjunto) y el verbo -moverePero, ¿qué cosas son las que nos conmueven? Es interesante que, conmovedor en inglés es soulful. Este término nos recuerda a soul = alma y full = lleno. Entonces conmovedor es todo aquello que nos llena el alma. ¿Será que nos conmovemos cuando dejamos toda nuestra alma en aquello que hacemos y además podemos compartirlas con los demás?"


CODA: 

Quizá sí que he llorado porque estoy conmovida: el alma me ha vuelto al cuerpo, me lleno de mi alma, y empiezo a re-conocerme.

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