por qué y cómo

La pregunta correcta no es "¿por qué estás con...?", "¿por qué estás en...?". En referencia a cualquier contexto o situación, la pregunta correcta no es "¿por qué?". Es una pregunta tramposa porque busca explicar, y explicar implica identificar lógicas, sistemas, racionalidades. La respuesta a un "¿por qué?" tiende a ser causal. No está mal buscar causas, pero las causas no siempre son útiles. 
Desde el jueves, en lugar de preguntarme "¿por qué?" he empezado preguntar más sobre los "¿cómo?". Descripciones, los "¿cómo?" ponen la mirada en los momentos o situaciones y te ayudan a describirlos: cómo ocurrió, cómo se sintió, cómo empezó, cómo terminó, cómo se percibió. Esto es más útil para calmar la mente, para encontrar alivio. 
Pero el "cómo" es más difícil y fuerte que el "por qué": este último es un ejercicio intelectual, el primero es un ejercicio que al intentar apegarse a lo factual te devuelve a situaciones que has intentado no observar de nuevo y que has evadido con los "por qué". 
Si me planteo "¿cómo me siento a lado de....?", ¿"cómo me siento estando en...?, "¿cómo me siento haciendo...?, las respuestaa me dirige a caminos distintos que las que se dinean si pregunto "por qué". 
Yo ya no quiero ni busco explicaciones, menos aún cuando se trata de cosas que hizo o dijo otra persona. Si generalmente ni yo tengo una buena explicación para lo que pienso, digo o hago, menos voy a tenerla para lo que concierne a terceras personas. Tampoco quiero ni busco explicaciones de esas personas, seguramente no saben en su intento de dar sentido a acciones o palabras van a estructurar respuestas contradictorias o con verdades parciales que menos ayudan a explicar. 
Me sirve más lo que resulta de responder a un "¿Cómo...?". Ha sido así que he descubierto que hay personas con quienes me siento inmensamente triste, o enojada, o inquieta, o temerosa; o que hay situaciones que me lastiman, así como hay palabras que me causan una especie de ardor interior. Estás respuestas dejan más claro lo que hay que evitar, a quienes hay que sacar de nuestra vida, las formas de decir las cosas que es preciso frenar o cambiar. 
Ya no me interesan las explicaciones. Si me lastima, si me duele, si me inquieta, si me oprime, qué más da el por qué. A veces lo único que hay que tener claro  el "cómo" para tener claro lo que hay que hacer.