Rebote de ansiedad

 Tres a-eme, de la madrugada. Con sueño, pero con suficiente ansiedad como para no poder dormir. Sin comer en todo el día anterior y con exceso de estimulantes socialmente permitidos. Comportamientos autodestructivos toma mil ocho mil, aunque de esta nueva etapa en la que ya son más bien la excepción.

Agotada física, mental y emocionalmente. Me pesan las últimas dos formas, pero a esta hora los pensamientos ya se ralentizaron un poco porque me di mi sesión de llanto y soliloquio. Salió todo lo acumulado ayer   y hasta parte de lo que aún no se manifestaba: hallazgos y conexiones sanadoras. 

Empiezo a sentir el efecto de la meditación: entre los pensamientos recurrentes a toda velocidad, en pequeños remansos de calma alcanzo a escuchar mi voz más amorosa que me dice "haces lo que puedes, se paciente contigo, respira". Inhalo profundo. Después, de nuevo la ansiedad a todo galope pero, por lo menos, ya no me reprocho ni me castigo por mi falta de fuerza de voluntad de hoy. 

Si la vida es como una montaña rusa, por aquello de los altibajos y los ciclos, la ansiedad es un efecto fractal. ¡Divina imagen, revelación liberadora!

Así que inhalo profundo......... exhalo con fuerza y... here we go again. 

A dormir, que después empieza el día cero, Dr. Banner. 

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