Sin palabras

Cuando X y, desde hace una semana, G me preguntan "¿qué piensas?", no sé si hablar de lo que siento aplique como respuesta válida. Tampoco sé si es válido responder con una palabra, describir sensaciones, o usar analogías y metáforas cuando me preguntan "¿qué sientes?". 

En cualquier caso, hablar de lo que sea me cuesta trabajo desde hace casi dos años. Quizá desde más atrás, desde los días de hace cinco años en los que el cursor en la página en blanco parpadeaba sin avanzar durante horas, y articular un párrafo me lleva días enteros. En aquel entonces me sentía terrible de no poder avanzar, estaba segura que había un problema neurológico que, de menos, me llevaría a perder la capacidad de usar el lenguaje. 

Después, cuando empecé el tratamiento para la tiroides y mi cuerpo lo asimiló, "súbitamente" hubo una mejoría en mi desempeño en la escritura. Comparado a mi estado previo, lo sentí como una gran mejoría, pero en realidad fue ligero. El término usado en la literatura médica para describir esto es "neblina mental". Y sí, justo así se siente. Asumí que la permanencia de esa "neblina" respondía a un desajuste sutil en la toroides, por lo que todo mi foco estuvo en la parte física del problema.

Pero resulta que no, había, siempre hubo, un componente psicológico en la "neblina mental" que afectó mi memoria, mi concentración y mi capacidad para articular a través de palabras los pensamientos y las ideas. No sólo para los demás, yo misma no puedo hacer surgir las palabras que me permitan comprender lo que siento. Y eso es lo más terrible: a la desconexión que deriva de la imposibilidad de entablar comunicación con las personas se suma la desconexión conmigo misma. 

Me he sentido alejada de mi por tanto tiempo. ¿Cómo alguien que no está consigo puede estar con otrxs?